Bull Ring es más que una moto, es una declaración. La creamos para aquellos que no le temen a nada. Sus líneas y su silueta poderosa gritan a los cuatro vientos que esta máquina no es para todos.

Sólo para los que se atreven.

Bull Ring nace de un sueño que parecía imposible de poder crear, pero la libertad de nuestros clientes nos permitió hacerlo posible. No solo es un proyecto, es una obra de arte rodante. Su depósito y asiento se funden en un único bloque, esculpido con las mismas manos de nuestro diseñador para ofrecer belleza y funcionalidad a partes iguales.

Quizás no sea apta para todos los públicos, pues se trata de una estética muy llamativa y atrevida. Pero también os podemos asegurar que lleva algunas de las técnicas más complejas y novedosas en cuanto a diseño: pan de oro, pintura metal flake, cromados, llantas latonadas…

Para darle una realidad humana, por esta moto han pasado más de 15 personas diferentes para poder crearla, personas especializadas y artesanos.

Hemos reinventado el monocasco Tamarit, ahora con una geometría adaptada para una posición de pilotaje más desafiante y una estructura que te permite acceder a su interior sin desmontar la moto, cuidando cada detalle de la electrónica para que cualquiera pueda acceder fácilmente a todos los consumibles de una moto: batería, fusibles, etc.

Estas motos son completamente realizadas desde cero, desde el motor hasta los accesorios. El monocasco de Bull Ring es único en el mundo y es exclusivo para Bull Ring. Además, nuestro compromiso es no repetir esto en ninguna moto jamás. Esto todavía otorga más exclusividad a la creación.

Bull Ring no solo emociona por fuera. Su interior está lleno de inteligencia: instrumentación minimalista pero de alta tecnología, una electrónica simplificada al extremo y una centralita que hará que sientas que la moto te habla. La tecnología alemana de Motogadget permite que una moto de 20 años se pueda conectar a tu smartphone y te proporcione toda la información de un vehículo del 2025.

La pintura es la gran protagonista de la transformación. Para este diseño hemos empleado una pintura metal flake que contiene destellos en su interior, dejando como resultado ese efecto purpurina.

Si conoces nuestros proyectos, sabrás que la pintura es uno de nuestros fuertes. No es mérito nuestro, sino de nuestro pintor, que lleva más de 25 años pintando motos. Forma parte de nuestro equipo con 65 años de edad y no le dejamos jubilarse. Su nombre es Pedro y lleva 8 años en nuestra empresa. Coloquialmente, “Caracoles”.

No queremos engañarte, Bull Ring no es una moto fácil. No es una moto cómoda. No es una moto para cualquiera. Es un desafío en cada detalle. Desde su pintura nacarada con destellos sutiles hasta sus llantas de acabado en latón, cada componente ha sido seleccionado para crear algo irrepetible.

Para conseguir el resultado que ahora estás viendo, estas ruedas se latonaron dos veces, porque la primera no pasó nuestro control de calidad con nuestro jefe de mecánica. Esto retrasó el proyecto 40 días. No permitimos que ninguna moto Signature salga de nuestra fábrica si no está casi perfecta, porque, sinceramente, no existe nada perfecto.

El dorsal forma parte del monocasco y se ha adaptado su forma al escape.

Todos nuestros clientes nos dicen los números que quieren poner en las motos. En este caso el número 14. En la gran mayoría de las veces, los números son parte de la historia de nuestros clientes; son detalles que las hacen únicas, hasta el punto de que un simple número pintado en una moto evoque cosas personales para ti. Creamos un objeto que refleja tu personalidad.

Bull Ring es de las ideas más arriesgadas que corrían por nuestras mentes.

Solo podemos agradecer al dueño de la 142 Bull Ring y de Helios por permitirnos crear sin limitaciones y por el reto que ha supuesto.

Eres parte de nuestra familia. Una familia grande, llena de irracionales como nosotros.

Lo distinto siempre gana a lo convencional.

Estas fueron las palabras de nuestro cliente cuando vio su moto… aunque, en realidad, fue cuando la sintió. La había visto antes, sí, incluso la había terminado de pagar.

Pero hay algo que no puede explicarse, algo que no cabe en una imagen, ni en un video. Es el instante en el que te subes y tocas aquello que solo existe para ti.

Eso que no se puede contar, solo sentir. Y quizás, Coqui le pone palabras, pero ni siquiera él podría transmitir lo que verdaderamente se siente.

GRAAAACIAS.