Carmela

Sin embargo, nuestro momento de descanso y ocio se vería interrumpido de la mejor manera posible. El sábado por la tarde, nos llegó que alguien de la organización nos estaba buscando por el recinto. Era José María, propietario de una Bonneville T100 de carburación. Mediante redes sociales y blogs, había descubierto nuestros trabajos y caído preso de nuestros diseños en Triumph neoclásicas como la suya. Aprovechando que estábamos en Madrid, se presentó y nos propuso empezar un proyecto con su moto.

Una vez concluido el evento de la capital (donde aún no teníamos ninguna de nuestras motos en circulación), tuvimos que dejar una de nuestras motos en TRIUMPH MADRID para que nos la enviaran por agencia, ya que en nuestro remolque solo había espacio para transportar dos motocicletas.

Tal fue el interés y la decisión de José María por trabajar con nosotros que no esperó y dejó su moto con nosotros el mismo fin de semana de haber iniciado los contactos, confianza que le agradecimos. 

Una vez de vuelta en casa y en nuestras instalaciones, empezó el ritual de bocetos e ideas a presentar al cliente, aunque en este caso José María lo tenía bastante claro. La modificación debería girar en torno a ciertas piezas que José María, conocedor de nuestro catálogo para Triumph Bonneville, pidió expresamente que se instalaran. Tales piezas eran el asiento Tarifa para dos personas, el cubre carter Super Lopez y el sistema de escape Bocanegra.

Complementando la transformación se incluirán elementos como el guardabarros, el faro y los muelles entre horquillas para la parte frontal. Para la parte trasera, aparte del asiento Tarifa se incluiría el cubre cadena en acero inoxidable, los intermitentes de dimensiones reducidas y unos espectaculares amortiguadores. En la zona del manillar se optaría por un manillar de tipo cross, en el cual a los extremos se incluirían unos puños Biltwell Kung Fu color chocolate, y un cuentakilómetros en color blanco. En los laterales, José María quiso incluir el ya clásico dorsal ovalado personalizado. El aspecto de las prestaciones de la moto se vería claramente mejorado por los neumáticos y también por el escape Bocanegra, cuyo sonido también es espectacular.

Una vez acabadas las fases previas, llegó el turno de la pintura, siempre tan sensible y variable, dependiendo prácticamente de este el resultado final del proyecto. La base de la moto sería blanca , pintada con pequeños detalles en gris y naranja.

Sin embargo sucedió algo poco frecuente en los talleres de Tamarit, ya que de última hora el equipo se retractó con el naranja y apostó por un precioso rojo burdeos para ciertos detalles y matices de la moto, cuya elección resultó ser a posteriori muy acertada.

Sólo faltaba entonces entregarle la moto al propietario, y en apenas 4 semanas después de volvernos a Elche con su Bonneville tras aquella ajetreada fiesta de Revival Of The Machine, pudimos ver la cara de felicidad de José María al ver su moto nueva, cara que recordamos con gran orgullo y placer.